(Calophyllum inophyllum)
Este árbol que proviene de zonas tropicales también llamado Tamanu o laurel de indias nos regala un aceite verde oscuro y algo viscoso y denso. Lo integro en mis sinergias como mucho a un 20% junto con otros aceites vegetales y esenciales.
Gracias a la presencia del ácido calofílico posee excepcionales propiedades anti-inflamatorias y cicatrizantes, muy interesante para favorecer la regeneración del tejido cutáneo y aportar ligereza y elasticidad a nuestra piel y calmar dolores articulares. Será por tanto uno de los aceites vegetales en los que pensar ante una piel tirante, con descamación y dificultad en la irrigación.
Un aceite principalmente circulatorio y fluidificante, aporta una excelente protección a nuestros vasos sanguíneos, facilitando la microcirculación. Será nuestro aliado para tratar la celulitis, pieles irritadas y cuperosis.
Posee al mismo tiempo activos anti-infecciosos que lo hace muy apropiado para tratar infecciones cutáneas al mismo tiempo que una ligera protección solar.
Para ojeras y bolsas: Por la mañana, con la cara lavada, aplicar 1 gotas de AV de calófilo con 1-2 gotas de aceite vegetal de rosa mosqueta. Masajear con ligeros toques la zona de las ojeras o las bolsas, sin ejercer una presión excesiva pero asegurándose de que el producto penetra en la piel.
A continuación, facilitar la absorción con unos toques suaves en la zona. Los efectos son visibles después de varios días en las patas de gallo, las bolsas y las ojeras azuladas, más que en las oscuras. No aplicar en los párpados, ni cerca del ojo.
Gracias a sus activos fluidificares es también interesante para mantener nuestras piernas ligeras.
¿Has tenido oportunidad de probarlo en alguna ocasión? Me encantará que lo descubras en el taller de Belleza consciente con aromaterapia.