El termino adáptogeno fue adoptado por el científico ruso Nicolaï Lazarev en 1957 para referirse a una sustancia que ayuda al organismo a restaurar su equilibrio y adaptarse a diferentes tipos de estrés. Su acción refuerza la resistencia de nuestro organismo ante múltiples estresores físicos, emocionales, químicos y ambientales.
Aunque el termino se acuño a partir de los años 50, estas plantas han estado presentes en muchas culturas y han sido utilizadas como plantas restaurativas y rejuvenecedoras a lo largo de la historia. He tenido la oportunidad de profundizar más en ello con el libro “adaptogens” de @adrianaayales de @animamundi.
En estos días que hemos cambiado de hora y que supone un estrés añadido ante el que adaptarse en la familia, sigo sorprendiéndome la relevante y polivalente acción de estos aceites esenciales adáptogenos, en la que puedo sentir como su bioquímica sofisticada sabe exactamente lo que necesita mi organismo para reequilibrarse.
En nuestros días el estrés está muy presente en nuestra sociedad. Percibimos este estrés cómo un elemento negativo a combatir, sin embargo en cierto modo es interesante aprender a convivir con él y buscar aquellos puntos positivos que nos trae ser capaces de identificarlo y saber aquellos recursos que nos ayudan a gestionarlo de la mejor manera.
Sin duda entre estos recursos contamos con aceites como el romero verbenona, el abeto negro, el ravintsara, el orégano, el azahar, el xanthoxylum o nuestra “ravintsara” española: el tomillo Blanco (thymus mastichina). Sobre alguno de ellos hemos hablado con detalle esta semana en el Botiquín aromático de otoño.
Cuando llevamos un recorrido utilizando los aceites esenciales para cuidar de nuestra salud sabemos que su acción sobre nuestro organismo nos regala sin duda una mayor capacidad para mantenernos sanos. En muchas ocasiones, un catarro, una digestión pesada o una emoción sin integrar se disipan en mucho menos de lo esperado.
¿Habéis podido disfrutar de alguna ocasión de las muchas virtudes de estos aceites? Os invito a cuidar con mimo de vuestro sistema nervioso y a descubrirlos si todavía no lo habéis hecho y me encantará acompañaros en el camino.