(Cedrus deodara)
El cedro reina en el mundo vegetal como el león en el mundo animal.
Este árbol símbolo de la fuerza y de incorruptibilidad debido a que su madera posee numerosas moléculas que lo mantienen inalterado frente a parasitos y bacterias, razón por la que en la antigüedad se han construido gran cantidad de Palacios y barcos con ella.
Su aceite esencial nos trae interesantes propiedades para drenar nuestro organismo. Un potente tónico circulatorio, y regenerador arterial a la vez que un relevante lipolítico y por tanto clave en las fórmulas anticelulítis y con retención de líquidos.
A su vez es anti-inflamatorio y antifúngico. Tonifica y regenera el cuero cabelludo y previene la caspa, la caída y regula el cabello graso. Aleja las polillas.
En la parte emocional nos reconforta y enraíza. Una fuerza tranquila que nos acerca a la serenidad de confiar en nuestros recursos combatiendo la dispersión tanto psicológica como espiritual.
Nos ayuda a definir nuestros objetivos y perseguirlos con tesón.
Nos aporta valor y confianza inclusive en la tormenta.
Al mismo tiempo eleva el espíritu y favorece la meditación.
No está indicado en niños, mujeres embarazadas y lactantes, y en caso de epilepsia. Lo utilizaremos por vía externa, la vía interna queda únicamente reservada al profesional.
¿ y tú? Has tenido ocasión de sentir alguno de los muchos beneficios que nos trae esta fuerza tranquila?
A mi en difusión me encanta mezclarlo con la naranja dulce, y el incienso para crear un ambiente relajante y reconfortante.