¿En qué consiste la difusión aromática?
Es la dispersión de las partículas aromáticas en el ambiente con fines terapéuticos. Cuando respiramos los aceites esenciales se produce un intercambio entre nuestro organismo y las moléculas que lo componen aportándonos beneficios tanto a nivel físico como mental y emocional.
No todos los aceites esenciales son adecuados para la difusión. Algunos son muy preciosos, otros pueden resultar cáusticos si los utilizamos puros y otros según las personas que los vayan a respirar.
Utilizaremos principalmente dos tipos de difusores:
El difusor ultrasónico que funciona con agua, divide los aceites esenciales en micropartículas creando una niebla fría que transporta las moléculas en suspensión por toda la estancia al mismo tiempo que humedece e ioniza el ambiente.
Gracias a las propiedades antimicrobianas, bactericididas y antisépticas de los aceites purificamos también el ambiente evitando contagios.
La difusión en frío , sin agua (también llamada nebulización), aquí podemos controlar la intensidad según el espacio y el fin que busquemos, y ponemos los aceites esenciales puros.
No recomiendo la utilización de difusores que aplican calor ya que perderemos muchas propiedades de los aceites esenciales al calentarlos.
En esta ocasión os invito a descubrir como estas maravillosas moléculas nos ayudan a adaptarnos mejor a los días más y a vivir mejor la llegada del invierno con la siguiente sinergia en vuestro difusor:
5 gotas de ae de Palo de Hô
5 gotas de ae de Petit grain (hoja del naranjo amargo)
5 gotas de ae de Naranja dulce o de Yuzu.
Disfrutando ya de esos momentos de calidez que nos trae el invierno, el difusor nos trae un rayo de sol aromático o un baño de bosque a nuestro salón. ¿Habéis tenido oportunidad de disfrutarlo en alguna ocasión? Os leo…..