(matricaria recutita)
Esta flor que nos encontramos a menudo por los caminos es una verdadera aliada en casos de alergia.
Lo que primero me llamó la atención de este aceite esencial fue su color azul intenso debido a la presencia del camazuleno que le otorga interesantes propiedades antialérgicas.
Su aceite está considerado como uno de los antialérgicos más potentes en aromaterapia, actúa tanto en rinitis alérgica, alergia estacional como en dermatosis y asma de origen alérgico.
Especialmente indicada para pieles sensible e irritadas, calma el prurito , trabaja dispepsias e inflamaciones gastrointestinales e inclusive sobre el dolor muscular.
Es un potente antiinflamatorio, analgésico y antiespasmódico.
Aclara los cabellos rubios y evita que amarillée el cabello blanco.
No se recomienda en los 3 primero meses de embarazo.
En algunos casos ayuda con la alergia inclusive por vía olfativa.